jueves, 25 de agosto de 2011

No puedo dormirme, intento pero no hay caso alguno. Me la pase toda la noche despierta. Me siento como si hubiera tomado cafeína en su estado más puro. Lo peor es que obviamente, en el día tengo cosas que hacer y necesito dormir para poder hacerlo bien y no estar boluda. Son las 8:55 a.m y si intento dormirme ahora o me acuesto, posiblemente quede fundida y no me despierte hasta horas más tarde, cosa que tampoco quiero. Definitivamente mi deber es cambiar mi rebelde sueño y por ende, quedarme todo el día despierta sin haber pegado un ojo. Es lamentable que los humanos seamos tan dependientes, envidiable aquél robot o muñeco que se duerme con tan solo un botón, y se repone con pilas o baterías recargables. Soy de esas personas que aunque tengan sueño, para dormir tienen que hacer todo un trabajo especial de respiración y relajación, esperar aproximadamente una hora mirando el techo y después si, puedo dormirme. Y si pretendo quedarme despierta debería pasar las horas mirando televisión o en la computadora, en ambos lados no hay nada interesante. Desearía profundamente acostarme y no pensar en nada, pero mi cabeza no me lo permite, y eso que no me pasa nada en especial como para pensar tanto. Las ovejas se cagan en mi. Y odio que los pajaritos canten cuando yo todavía no logre dormir. Creo que ya resé en 20 idiomas y 20 religiones diferentes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario