domingo, 28 de agosto de 2011

Otro poco sobre Astrid

Cuando viajé a Hamburgo los chicos (John y Paul) habían preparado todo para que yo me quedara con Astrid y su madre en su casa, mientras que Dot (novia de Paul en aquel entonces) se quedaba en una casa flotante que pertenecía a Rosa, la mujer que limpiaba los baños en el Top Ten. Después del desayuno nos separamos. Estaba nerviosa por el encuentro con Astrid; John me la había descrito como una persona muy glamurosa y con gran autoestima, y yo tenía miedo de no dar la talla y de avergonzarme en su presencia. Cuando llegamos a su casa, salió a la puerta; era tan deslumbrante como la había imaginado. Llevaba unos vaqueros, un jersey de cuello alto, y una chaqueta de cuero, todo en negro. Tenía el pelo rubio y corto, cortado en capas y su maquillaje era sobrio y bonito. Pero no tenía de qué preocuparme; Astrid me dio un abrazo, y nos caímos bien inmediatamente. Fue el comienzo de una cálida amistad. Astrid era guapísima, pero también era divertida, y nunca me sentí intimidada por ella.
Su habitación era diferente a todo lo que había visto antes. El techo y las paredes estaban cubiertas con papel de aluminio y todo lo demás era negro. Su cama tenía unas sábanas negras satinadas, y un llamativo arreglo de flores secas aliviaba la crudeza de la habitación. Contuve la respiración, y no pude evitar comparar aquel cuarto con mi dormitorio, con la colcha de nylon floreada, el cursi papel pintado y un pequeño tocador perfectamente ordenado. Deseaba ser tan atrevida, creativa y futurista como Astrid.  Cynthia Powell (Primer esposa de John Lennon y madre de su primer hijo)

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